Al término de la Segunda Guerra Mundial en 1945, las dos superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética, por miedo a que Alemania volviera a adquirir el poder, acordaron ocupar y dividir al territorio alemán. De esta manera encontrarían un régimen pacífico y de libertad para los alemanes. Al no poderse poner de acuerdo sobre una política común de ocupación empezaron a tener problemas.
La República Federal Alemana al no poder frenar la creciente corriente de personas que querían desplazarse el otro lado de Berlín, decidió poner una división física que se consumaría en 1961 con la construcción del muro. Alemania estuvo separada por 40 años de 1961 a 1989, y la separación no fue sólo de personas, también fue de ideología, creencias y afectos.
Dada esta “Cortina de Hierro”, oficialmente habían dos países, la República Federal de Alemania al Oeste por parte de la URRS y al este La República Democrática Alemana por parte de Estados Unidos. Tenían sistemas de gobierno, ordenamientos económicos, ejércitos y compromisos de alianzas diferentes.
Después de casi 4 décadas el gobierno socialista aceptó la apertura de fronteras y el derrumbamiento del muro, en el que los medios de comunicación jugaron un papel vital, porque se televisó un evento que cambiaría la historia, que representaba el inicio del descenso del socialismo totalitario.
El estado de división política finalizó el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal dejando así de existir cuarenta años después de su fundación.
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